La Inteligencia Artificial en las Prisiones Finlandesas
En una prisión finlandesa, una reclusa de cuarenta años, conocida como Marmalade, se encuentra inmersa en un nuevo tipo de trabajo penitenciario. Su rutina diaria incluye turnos de tres horas en los que lee fragmentos de texto sobre bienes raíces y responde preguntas con un simple sí o no. Aunque no comprende completamente el propósito de su labor, Marmalade sospecha que puede estar contribuyendo a la creación de un chatbot de servicio al cliente.
En realidad, Marmalade está formando parte del entrenamiento de un modelo de lenguaje para Metroc, una startup finlandesa. Esta empresa ha desarrollado un motor de búsqueda destinado a ayudar a las empresas constructoras a localizar proyectos recién aprobados. Para conseguirlo, requiere etiquetadores de datos que ayuden a sus modelos a identificar pistas sobre futuros proyectos constructivos.
El Trabajo Carcelario y la Inteligencia Artificial
El trabajo que realiza Marmalade es parte del creciente campo del trabajo de datos. Millones de «clickworkers» alrededor del mundo están formando modelos de inteligencia artificial. Habitualmente, estos trabajadores se encuentran en el sur global, donde los salarios son bajos. OpenAI, por ejemplo, utiliza una empresa subcontratada que emplea clickworkers en Kenia, Uganda e India.
Sin embargo, Metroc ha encontrado una fuente alternativa y económica de mano de obra en la población carcelaria finlandesa. Además del beneficio económico para la empresa, el sistema penitenciario puede ofrecer empleo a los reclusos que los prepara para el mundo digital después de su liberación.
Críticas y Apoyos al Proyecto
El uso de prisioneros para entrenar IA ha generado críticas y paralelismos inquietantes con el tipo de trabajo mal remunerado y a veces explotador que a menudo existe en la tecnología. Sin embargo, en Finlandia, el proyecto ha recibido un amplio apoyo.
Tuukka Lehtiniemi, investigador de la Universidad de Helsinki, ha estado estudiando el trabajo de datos en las cárceles finlandesas. Según él, este tipo de trabajo ofrece una oportunidad para que los reclusos adquieran habilidades digitales que pueden ser útiles después de su liberación.
Marmalade ha vivido durante cuatro meses en la prisión de Hämeenlinna, un edificio moderno con grandes ventanas y obras de arte coloridas. Los pasillos podrían pertenecer a una escuela o universidad si no fuera por las pesadas puertas de seguridad grises que bloquean cada entrada y salida. A pesar del entorno carcelario, Marmalade y otros como ella están contribuyendo a la revolución digital desde detrás de las rejas.
Clara es creadora y editora de contenidos, con una sólida formación en ciencias y una especialización en inteligencia artificial. Su pasión por este campo en constante evolución la ha llevado a adquirir los conocimientos necesarios para comprender y comunicar los avances más recientes en este campo. Con su experiencia y habilidades en la redacción y edición de contenidos, Clara es capaz de transmitir de manera clara y efectiva conceptos complejos relacionados con la inteligencia artificial y de esta manera hacerlos accesibles para todo tipo de audiencias.