Estudiantes de Stanford desarrollan inteligencia artificial para juego en línea
La inteligencia artificial (IA) ha demostrado ser una herramienta eficaz en la identificación de caras, objetos y animales. Sin embargo, su aplicación práctica puede tener implicaciones tanto útiles como preocupantes. Un ejemplo reciente de esto es el proyecto desarrollado por tres estudiantes de Stanford que aplicaron sus conocimientos de IA al popular juego en línea GeoGuessr.
Un experimento que combina juegos y ciencia
Los estudiantes Michael Skreta, Silas Alberti y Lukas Haas, inscritos en la asignatura ‘Computer Science 330: Deep Multi-task and Meta Learning’, decidieron llevar a cabo un experimento que combinaba su pasión por los juegos y su interés en la IA. El juego elegido para este proyecto fue GeoGuessr, un juego en línea que desafía a sus más de 50 millones de jugadores a identificar la ubicación geográfica de una foto presentada.
Para crear un sistema de IA capaz de jugar a GeoGuessr, los estudiantes utilizaron la plataforma OpenAI llamada CLIP y la entrenaron con datos de Google Street View. El resultado fue Predicting Image Geolocations (PIGEON), un sistema capaz de identificar la ubicación geográfica de una imagen con un impresionante 95% de precisión.
Para poner a prueba PIGEON, los estudiantes decidieron enfrentarlo a Trevor Rainbolt, una leyenda en la comunidad GeoGuessr y campeón del mundo en varias ocasiones. En una serie de rondas, PIGEON logró derrotar a Rainbolt, demostrando así su eficacia.
Pero el proyecto no terminó ahí. Los estudiantes crearon PIGEOTTO, una versión más ambiciosa del sistema que fue entrenada con aún más imágenes. Los detalles y conclusiones del proyecto fueron publicados en un estudio, proporcionando una visión fascinante de las posibilidades de la IA.
Implicaciones éticas y de privacidad de la IA
Sin embargo, este tipo de tecnología también plantea preocupaciones sobre su posible uso indebido. Las empresas podrían utilizarla para espiar los viajes de las personas y recopilar datos sobre sus hábitos y preferencias. Las agencias gubernamentales podrían emplearla para detectar viajes a ciertos países y vigilar a sus ciudadanos. Incluso podría ser utilizada para acosar a los usuarios, rastreando sus movimientos y violando su privacidad.
En resumen, mientras que la IA ofrece oportunidades emocionantes y útiles, también es crucial tener en cuenta las implicaciones éticas y de privacidad que conlleva su uso. Como sociedad, debemos encontrar un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la IA y proteger nuestros derechos y libertades individuales.
Sarah es además de experta en marketing digital, creadora de contenido con amplia experiencia en el campo. Graduada en Sociología por la Universidad de Barcelona y con un Postgrado en Marketing Digital en Inesdi, Sarah ha logrado destacarse como Directora de Marketing Digital.
Su profundo conocimiento de las tendencias digitales y su habilidad para identificar oportunidades de crecimiento han sido fundamentales para el éxito de numerosas campañas. Además, imparte clases y conferencias en prestigiosas escuelas de negocio, universidades y eventos, compartiendo sus conocimientos y experiencias con otros profesionales y estudiantes.