La Inteligencia Artificial: Promesa y Desafío
La Inteligencia Artificial (IA) ha abierto un mundo de posibilidades ilimitadas para las empresas de software, prometiendo revolucionar la forma en que operamos y vivimos. Sin embargo, esta promesa también puede generar consecuencias no deseadas y crear exageraciones inútiles si no se maneja con cuidado.
Según una encuesta reciente, el 52% de los estadounidenses se sienten más preocupados que emocionados por el aumento del uso de la IA. Este temor puede ser alimentado por las empresas que están creando y lanzando características de IA mal concebidas que los clientes no adoptan, lo que puede socavar la reputación de la empresa y generar desconfianza en la tecnología.
El Dilema del Innovador: Adaptarse a los Usuarios
Además, las empresas a menudo sobreestiman la tasa de difusión de la tecnología en la economía real. Aunque los avances tecnológicos han ocurrido rápidamente en los últimos años, eso no significa que las personas adoptarán estas innovaciones al ritmo deseado. La adopción de nuevas tecnologías depende del costo, la fricción, la disponibilidad y la fiabilidad.
Por lo tanto, es crucial que las empresas mantengan a sus clientes en el centro de su innovación. La IA debe implementarse para entregar conjuntos de características centrados en el cliente que puedan acelerar los flujos de trabajo o aumentar las capacidades. Esto se conoce como innovación reflexiva en IA.
Innovación Reflexiva: La Clave para una IA Exitosa
La importancia de una IA reflexiva radica en usar la IA para entregar características que sean simples, útiles y poderosas. En otras palabras, la tecnología debe adaptarse a los humanos, no al revés.
Este es el dilema del innovador. Las empresas necesitan satisfacer las necesidades de los adoptantes tempranos con nuevos flujos de trabajo nativos de IA. Sin embargo, no deben perder el contacto con la expresión de los beneficios de la IA de una manera simple que se adapte a cómo trabajan sus clientes todos los días.
Por lo tanto, el consejo final para las empresas es que no solo ejecuten sus ‘ideas tecnológicas’, sino que construyan nuevas características en torno a cómo trabajan sus clientes que estén mejoradas por estas nuevas herramientas. Deben conocer lo que sus clientes necesitan hoy y anticipar cómo los nuevos enfoques innovadores resultarán en las soluciones para mañana.
Oji Udezue, director de producto en Typeform, nos recuerda que la IA es una herramienta poderosa, pero su verdadero valor radica en su capacidad para mejorar la vida y el trabajo de las personas, no en su capacidad para impresionar con características técnicas avanzadas.
Sarah es además de experta en marketing digital, creadora de contenido con amplia experiencia en el campo. Graduada en Sociología por la Universidad de Barcelona y con un Postgrado en Marketing Digital en Inesdi, Sarah ha logrado destacarse como Directora de Marketing Digital.
Su profundo conocimiento de las tendencias digitales y su habilidad para identificar oportunidades de crecimiento han sido fundamentales para el éxito de numerosas campañas. Además, imparte clases y conferencias en prestigiosas escuelas de negocio, universidades y eventos, compartiendo sus conocimientos y experiencias con otros profesionales y estudiantes.