La Inteligencia Artificial y la Política: Un Debate Ético
El creciente uso de la Inteligencia Artificial (IA) para representar opiniones de figuras históricas y actuales está generando un debate en torno a la ética y las implicaciones de esta tecnología en la sociedad. Un ejemplo reciente es la clonación de la voz del presidente Biden en una llamada robótica a votantes de New Hampshire, lo que abre la puerta a una posibilidad futura: la candidatura simbólica de una personalidad creada por IA.
La IA en la Educación y la Manipulación de la Opinión Pública
Las tecnologías actuales permiten experiencias de aprendizaje interactivas e inmersivas. Aplicaciones como «Hello History» y «Text with History» utilizan chatbots que reflejan puntos de vista de figuras históricas, ayudando a las personas a entender mejor los eventos históricos. Sin embargo, el uso de la tecnología para clonar figuras públicas históricas y actuales puede tener intenciones éticamente cuestionables.
El aumento de los deepfakes, que utilizan IA para crear o manipular imágenes, videos y contenido de audio, está dificultando la distinción entre lo real y lo falso. Existen preocupaciones sobre el potencial de los deepfakes generados por IA para manipular la opinión pública y alterar elecciones. Ejemplos recientes incluyen a Imran Khan, ex primer ministro de Pakistán, quien hizo campaña desde la cárcel a través de discursos creados con IA; un video deepfake de Suharto, ex presidente de Indonesia, creado para influir en las elecciones; y la aparición de M. Karunanidhi, icono del cine y la política en India, en eventos públicos a través de IA.
Candidatos Políticos «Artificiales»: Un Futuro Posible
La posibilidad de candidatos políticos «artificiales» está en el horizonte. La creación de representaciones digitales realistas e interactivas de personajes ficticios o de la vida real es una realidad. Es posible simular conversaciones con figuras históricas o crear personajes digitales realistas basados en sus registros públicos, discursos y escritos. Sin embargo, existen barreras a esta idea: un candidato legítimo debe ser una persona real.
Un escenario hipotético es «Milkbot», un candidato digital en una futura elección para alcalde de San Francisco. En este caso, un chatbot podría recibir más votos que cualquier candidato en la boleta. Las posibles consecuencias incluyen la redefinición legal de lo que constituye un candidato o ganador de un concurso político, y plantea preguntas sobre representación, responsabilidad y el potencial de manipulación o mal uso de la IA en procesos políticos.
La posibilidad de usar una personalidad digital en una campaña simbólica como forma de comentario social o político también está en juego. Los posibles temas destacados incluyen la insatisfacción con las opciones políticas actuales, el deseo de reforma y la exploración de conceptos futuristas de gobernanza. Esto abre un nuevo debate ético sobre el papel de la tecnología en la sociedad, la naturaleza de la democracia y cómo los humanos deben interactuar con la IA.
Sarah es además de experta en marketing digital, creadora de contenido con amplia experiencia en el campo. Graduada en Sociología por la Universidad de Barcelona y con un Postgrado en Marketing Digital en Inesdi, Sarah ha logrado destacarse como Directora de Marketing Digital.
Su profundo conocimiento de las tendencias digitales y su habilidad para identificar oportunidades de crecimiento han sido fundamentales para el éxito de numerosas campañas. Además, imparte clases y conferencias en prestigiosas escuelas de negocio, universidades y eventos, compartiendo sus conocimientos y experiencias con otros profesionales y estudiantes.