Adobe Firefly: Entre el dilema ético y la escasez de datos para el entrenamiento de IA

La Inteligencia Artificial y los Derechos de Autor: Un Nuevo Campo de Batalla

El avance de la Inteligencia Artificial (IA) ha desencadenado una nueva contienda en el ámbito de los derechos de autor. Adobe, una de las compañías pioneras en este sector, sostiene que sus modelos de IA se nutren de imágenes de Adobe Stock, contenido de licencia abierta y de dominio público. En un intento de ofrecer una alternativa segura para uso comercial, la empresa ha lanzado Adobe Firefly, una herramienta de generación de imágenes.

Adobe y la Controversia de los Derechos de Autor

No obstante, se ha revelado que Adobe ha recurrido a imágenes de competidores, como Midjourney, para entrenar su modelo. A pesar de esta situación, Adobe Stock permite licenciar imágenes generadas por IA, incluyendo contenido de otras herramientas generativas. Este hecho ha suscitado un dilema ético y legal.

Adobe admite que una pequeña porción del conjunto de datos de Firefly incluye material generativo de Adobe Stock. La empresa asegura que las imágenes son sometidas a un proceso para garantizar que no infringen la propiedad intelectual. Sin embargo, dentro de Adobe existen discrepancias respecto a su estrategia, con propuestas de suspender su plataforma de generación de imágenes.

En junio del año pasado, Adobe anunció que Adobe Firefly no contendría contenido generativo de otras plataformas. Pero en septiembre, la herramienta salió de su fase beta y se distribuyó un «bono Firefly» entre los colaboradores de Adobe Stock. Finalmente, Adobe optó por incluir el contenido generativo en la versión comercial de Firefly para optimizar el modelo de entrenamiento.

La Escasez de Datos y la Búsqueda de Alternativas

La falta de datos para entrenar IA es un problema en aumento. Las empresas de IA están agotando los datos disponibles en la web para entrenar sus modelos. Sin embargo, gran parte del contenido publicado en la web no es adecuado para entrenar modelos de IA de alta calidad. Por esta razón, los gigantes tecnológicos están explorando alternativas para entrenar sus modelos. Un ejemplo de esto es OpenAI, que transcribió un millón de horas de YouTube para entrenar el GPT-4.

En resumen, el desarrollo de la IA y los problemas de derechos de autor están cada vez más interrelacionados. Las empresas deben hallar un equilibrio entre el uso de datos para entrenar sus modelos y el respeto a los derechos de autor. El caso de Adobe ilustra claramente los desafíos a los que se enfrenta la industria.

Sandra es especialista en marketing digital y experta en redes sociales. Ha completado un posgrado en Comunicación y RRPP de marcas de moda en Idep Barcelona, así como otro en Marketing y reputación online: comunidades virtuales. Sandra está al tanto de las últimas tendencias y mejores prácticas en redes sociales, y eso se refleja en su trabajo diario generando un impacto positivo en el mundo digital.

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