La interdependencia global en la industria de los semiconductores
En un mundo cada vez más interconectado, la dependencia global en la industria de los semiconductores se ha convertido en una realidad ineludible. Ningún país, ni siquiera una superpotencia como Estados Unidos, puede afirmar ser absolutamente independiente en este sector. De hecho, Estados Unidos depende de empresas extranjeras como ASML de los Países Bajos, Tokyo Electron, Canon y Nikon de Japón y ZEISS de Alemania para las tecnologías de chips.
El control chino sobre las materias primas para semiconductores
Esta dependencia se extiende más allá de la producción y llega hasta el mercado de materias primas para semiconductores, donde China ostenta una posición hegemónica. El gigante asiático controla gran parte de la producción mundial de grafito, germanio y galio, elementos esenciales para la fabricación de estos componentes.
El desafío estadounidense: reforzar su industria local
Ante esta realidad, Estados Unidos ha establecido como objetivo reforzar su industria local de circuitos integrados y reducir su dependencia extranjera. Sin embargo, según Jensen Huang, director general de NVIDIA -una empresa que depende en gran medida de TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) para la producción de sus GPU (Unidades de Procesamiento Gráfico)- la cadena de suministro estadounidense necesitará entre una y dos décadas para alcanzar su independencia. Los desafíos son enormes: no solo se requiere inversión económica, sino también acceso a recursos que no están inmediatamente disponibles.
Desarrollar tecnologías avanzadas requiere tiempo y conocimiento especializado. Además, la adquisición de materias primas esenciales para la fabricación de semiconductores se encuentra en gran medida en manos de China. Por lo tanto, aunque Estados Unidos invierta en su industria local, seguirá dependiendo de la importación de estos materiales.
La imposibilidad de deshilar la cadena global a corto plazo
En conclusión, según Huang, deshilar la compleja cadena global a corto plazo es completamente imposible. La interdependencia en la industria de los semiconductores es una realidad que no puede ser ignorada y que requiere una gestión cuidadosa y estratégica para garantizar el suministro constante y seguro de estos componentes esenciales para la economía global.
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