Inteligencia artificial militar aplicada al espionaje de empleados
El espionaje de empleados se ha convertido en la nueva frontera en inteligencia artificial militar, con técnicas de vigilancia propias de dictaduras autoritarias aplicadas a trabajadores estadounidenses. En los últimos años, han surgido empresas que ofrecen servicios como «inteligencia de código abierto», «gestión de reputación» y «evaluación de amenazas internas». Estas herramientas fueron desarrolladas originalmente por contratistas militares para uso en inteligencia, pero avances en aprendizaje profundo y nuevas fuentes de datos han mejorado su sofisticación.
Potencial uso indebido y riesgos asociados
Estos sistemas podrían ser utilizados por jefes para identificar organizaciones laborales, filtraciones internas y críticos empresariales. Ya se sabe que grandes empresas como Amazon monitorean a sus empleados mediante este tipo de tecnologías. Sin embargo, existe una necesidad urgente del debate público sobre el traslado al sector privado ya que la inteligencia artificial militar fue diseñada para objetivos nacionales bajo control gubernamental democrático con salvaguardias contra su uso hacia ciudadanos.
Un caso emblemático es FiveCast, una startup antiterrorista que ahora ofrece herramientas a corporaciones y fuerzas policiales. Esta empresa realiza un análisis exhaustivo del contenido publicado (redes sociales, imágenes, objetos emociones) e incluso puede prever futuras huelgas o interrupciones laborales.
Sin embargo, existen riesgos asociados al mal uso o interpretación errónea: asignar riesgo simplemente por seguir una página o cuenta específica; ser engañados por contenido falso generado mediante IA generativa; entre otros problemas potenciales.
Efectos negativos y preocupaciones éticas
Además del rápido crecimiento e incorporación próxima tecnologías avanzadas en las herramientas, el objetivo final de estas empresas parece ser la creación de un sistema automatizado semiautomático anti-sindicatos.
Los efectos negativos pueden manifestarse incluso si los sistemas no funcionan correctamente. Acusaciones infundadas y represalias injustas contra empleados señalados como problemáticos son solo algunos ejemplos. Además, es prácticamente imposible verificar la precisión en juicios agregados sobre emociones o imagen pública.
El uso de estas tecnologías también podría tener un efecto disuasorio en comportamientos legalmente protegidos, como la organización laboral. Por ello, es fundamental que se abra un debate público sobre las implicancias éticas y legales del traslado al sector privado de herramientas desarrolladas originalmente para fines militares e inteligencia nacional.
Conclusión: necesidad de regulación y debate público
En resumen, el espionaje a empleados mediante inteligencia artificial militar plantea preocupaciones significativas respecto a la privacidad y derechos laborales. Es necesario que tanto gobiernos como sociedad civil tomen cartas en el asunto para garantizar que estos avances tecnológicos no sean utilizados indebidamente ni socaven los principios democráticos fundamentales.
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