La Revolución de la Inteligencia Artificial y la Privacidad
En 2010, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, proclamó que la privacidad ya no era una «norma social». Su afirmación reflejaba un modelo de responsabilidad individual por la privacidad que ha sido cada vez más cuestionado en la era de la inteligencia artificial (IA) generativa.
La IA generativa ha revolucionado el mundo digital, pero también ha planteado serias preocupaciones sobre la privacidad. Algoritmos como ChatGPT, Dall-E y Google Bard utilizan grandes cantidades de datos obtenidos sin el consentimiento explícito de los usuarios. Estas herramientas se han integrado en una variedad de productos y servicios, desde asistentes virtuales hasta generadores de arte digital, lo que aumenta su potencial para violar la privacidad.
El Origen y Control de los Datos: Un Desafío para la Privacidad
Los datos utilizados por estos algoritmos abarcan desde registros públicos y noticias hasta biografías y páginas de Wikipedia. También pueden incluir fotografías y videos, incluso aquellos donde las personas aparecen en segundo plano. Existe una falta de transparencia sobre el origen y control de estos datos, lo que dificulta a los individuos proteger su privacidad.
Este problema se agrava con el concepto de «privacidad en red». En nuestra sociedad interconectada, es prácticamente imposible tener un control individual completo sobre la privacidad. La información compartida en redes puede moverse fuera del contexto original y ser utilizada de formas inesperadas o no deseadas.
Las Nuevas Tecnologías: Una Amenaza a la Privacidad
Las nuevas tecnologías han llevado este problema aún más lejos. Por ejemplo, la genealogía forense permite identificar a sospechosos criminales a través del ADN de familiares distantes. Esto significa que incluso si una persona decide no compartir su información genética, puede ser identificada a través del ADN de un pariente lejano. Del mismo modo, el uso del Big Data implica a amigos, familiares y conocidos distantes en la recopilación y análisis de datos.
La IA generativa presenta problemas adicionales para la privacidad. Compromete nuestra capacidad para mantener un nivel aceptable de privacidad al desvincular completamente los resultados generados por IA de su fuente original. Además, recontextualiza y remezcla información, violando lo que Helen Nissenbaum llama «integridad contextual». En otras palabras, los datos se utilizan fuera del contexto en el que fueron originalmente compartidos.
En conclusión, aunque las tecnologías como la IA generativa ofrecen oportunidades emocionantes e innovadoras, también plantean serios desafíos para nuestra capacidad para controlar y proteger nuestra privacidad. Es esencial que desarrollemos normas sociales y legales más fuertes para abordar estos problemas y garantizar que nuestras vidas digitales permanezcan seguras y privadas.
Sandra es especialista en marketing digital y experta en redes sociales. Ha completado un posgrado en Comunicación y RRPP de marcas de moda en Idep Barcelona, así como otro en Marketing y reputación online: comunidades virtuales. Sandra está al tanto de las últimas tendencias y mejores prácticas en redes sociales, y eso se refleja en su trabajo diario generando un impacto positivo en el mundo digital.