La Cara Oculta de la Inteligencia Artificial: Servidumbre Digital y Ética en la Industria Global de Etiquetado y Recopilación de Datos

Un grupo de personas trabajando en sus laptops en mesas de madera, bajo una iluminación atmosférica y melancólica, evocando el estilo artístico de Sliman Mansour y elementos de la naturaleza, con un toque de fuego.

El auge de la industria de etiquetado y recopilación de datos

Se prevé que la industria global de etiquetado y recopilación de datos alcance un valor superior a los $17.1 mil millones para 2030. Este crecimiento sin precedentes se atribuye en gran medida a plataformas de crowdsourcing como Toloka, Appen, Clickworker, Teemwork.AI y OneForma. Estas empresas han logrado establecer una conexión entre millones de trabajadores remotos y las compañías tecnológicas situadas en Silicon Valley.

Los trabajadores, ubicados principalmente en África Oriental, Venezuela, Pakistán, India y Filipinas, se dedican a tareas de etiquetado, evaluación y generación de datos. Su remuneración se basa en la tarea realizada y puede oscilar entre un centavo hasta unos pocos dólares. Algunas tareas incluyen la moderación de contenido para ayudar a la Inteligencia Artificial (IA) a diferenciar entre contenido inocuo y contenido violento o para adultos.

La problemática ética del trabajo digital

A veces, se solicita a los trabajadores que suban audio, imágenes y vídeos con el fin de entrenar a la IA. Sin embargo, estos trabajadores rara vez saben cómo se procesarán exactamente sus envíos. Algunas tareas pueden ser bastante personales, como tomar fotos de sus hijos o participar en un proyecto de selfies.

Esta naturaleza del trabajo ha suscitado una serie de cuestiones éticas. Muchos críticos sostienen que este tipo de trabajo puede llegar a parecerse a una servidumbre digital. Además, los trabajadores pueden verse expuestos a contenido sexualizado o violento en algunas tareas de moderación de contenido.

Las políticas de las plataformas frente a los problemas éticos

En relación con las políticas que las plataformas adoptan frente a estos problemas éticos, Appen declinó hacer comentarios atribuibles. Por su parte, Toloka realiza una verificación de identidad y solicita una identificación con foto si sospecha que un usuario ha violado el Acuerdo de Usuario.

En conclusión, aunque la industria de etiquetado y recopilación de datos está en pleno auge, es imprescindible abordar los problemas éticos que surgen. Las plataformas deben garantizar la protección de los trabajadores y la transparencia en el uso de los datos recopilados.

Sarah es además de experta en marketing digital, creadora de contenido con amplia experiencia en el campo. Graduada en Sociología por la Universidad de Barcelona y con un Postgrado en Marketing Digital en Inesdi, Sarah ha logrado destacarse como Directora de Marketing Digital.

Su profundo conocimiento de las tendencias digitales y su habilidad para identificar oportunidades de crecimiento han sido fundamentales para el éxito de numerosas campañas. Además, imparte clases y conferencias en prestigiosas escuelas de negocio, universidades y eventos, compartiendo sus conocimientos y experiencias con otros profesionales y estudiantes.

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